Isaac Asimov |
Isaac Asimov nació en 1920 en la Unión Soviética. Sus padres emigraron a Estados Unidos cuando él apenas tenía tres años. El propio Isaac consiguió la ciudadanía americana a la edad de ocho.
Criado en Nueva York, concretamente en Brooklyn, se
educó en sus escuelas públicas, completando sus estudios superiores en
la Universidad de Columbia, en la especialidad de Bioquímica, hasta
conseguir el doctorado por la Universidad de Boston, siendo el mismo
Catedrático de Bioquímica.
Mucho antes, a los nueve años, descubrió la ciencia-ficción en los pulp que su padre vendía en la pequeña tienda de golosinas que regenteaba en Brooklyn. Cuenta el propio Asimov que aquellas eran lecturas prohibidas, puesto que su padre consideraba aquellas publicaciones de una calidad ínfima.
A los once años empezó a escribir sus propias
historias, y a los dieciocho, hecho un manojo de nervios, se decidió a
presentar su primer relato a J. W. Campbell. Fué rechazado. Pero sólo cuatro meses después consiguió vender su primera historia, y así continuó hasta el día de su muerte.
En 1941, escribió el relato, ya clásico, Anochecer. Poco antes había empezado a publicar sus Historias de Robots, en las que introdujo las famosas tres leyes de la robótica, y, poco después, siguiendo la pauta de Decadencia y caída del Imperio Romano , comenzó su serie de la Fundación.
El espectro literario de Asimov no se limita a la ciencia-ficción, es quizá uno de los divulgadores científicos más amenos que se puedan leer y su Introducción a la ciencia
uno de los volúmenes más recomendables para adquirir una mínima pátina
al respecto. No es una obra que profundice excesivamente en los muchos
temas que toca, desde química hasta astronomía, pero es suficiente para
orientar adecuadamente al lector, puesto que además, a cada nueva
edición se la actualiza para ponerla al día con las nuevas teorías y
descubrimientos.
Asimov obtuvo la distinción de Gran Maestro Nébula
en 1986. Es, con toda seguridad, el autor de ciencia-ficción más
conocido (sino el único) por el público en general, fuera del ámbito de
los aficionados al género. Su estilo sencillo y sin complicaciones
literarias lo hacen muy asequible, y aunque algunos críticos tachan su
obra de insustancial basándose en esa circunstancia, lo cierto es que es
el más claro representante de la ciencia-ficción clásica entendida como
literatura de ideas.
Falleció el 6 de abril de 1992.
(Fuente)
La búsqueda de los elementos |
En este libro, Isaac Asimov nos cuenta las investigaciones realizadas por el hombre durante 2.600 años para identificar la materia de que está compuesto el Universo. Desde Tales de Mileto hasta Seaborg, de California, de la alquimia al ciclotrón, desde la búsqueda del secreto de convertir el plomo en oro a la fabricación de los elementos artificiales, todo ello ha constituido un cautivador relato de descubrimientos alocados, de falsificaciones y de ideas brillantes.
Entre todos los héroes que han luchado por poner al día nuestro saber acerca de los elementos, podemos citar a Lavoisier, a Mendeléiev, a los Curie... Peró también ocupan un destacado lugar los pensadores griegos; los alquimistas, con su piedra filosofal y sus elixires de larga vida; la magia en general.
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